Cuida tus dientes
Tener dientes sanos implica cuidados de por vida. No importa si te han dicho que tienes buenos y hermosos dientes, es fundamental que tomes las medidas adecuadas diariamente para cuidarlos y prevenir problemas. Esto implica tener los productos adecuados de cuidado bucal y ser consciente de tus hábitos de higiene.
¡Tampoco te olvides de tus encías! Incluso si no tienes caries y tienes los dientes perfectos más blancos de la ciudad, esto no significa que seas inmune a la enfermedad de las encías, y dado que la mayoría de las veces es indoloro, la mayoría de las personas no tienen ni idea de que algo anda mal con sus encías.
- No te vayas a la cama sin cepillarte los dientes: No es ningún secreto que la recomendación general es cepillarse los dientes al menos dos veces al día. Aun así, muchos de nosotros seguimos descuidando el cepillado de los dientes por la noche. Cepillarse los dientes antes de acostarse elimina los gérmenes y la placa que se acumula durante el día.
- Cepíllate correctamente: La forma en la que te cepillas es igual de importante, de hecho, hacer un mal trabajo al cepillarte los dientes es casi tan malo como no cepillarte en lo absoluto. Tomate tu tiempo, haz suaves movimientos circulares con el cepillo para eliminar la placa. La placa que no se elimina puede endurecerse, lo que lleva a la acumulación de cálculos y a la gingivitis (enfermedad de las encías).
- No olvides tu lengua: La placa también puede acumularse en la lengua. Esto no solo provoca mal olor en la boca, sino que además, desencadena otros problemas de salud bucal. Cepilla tu lengua suavemente cada vez que te laves los dientes.
- Usa una pasta dental con flúor: Cuando se trata de pasta de dientes, hay elementos más importantes a considerar a parte del efecto blanqueador y el sabor. Independientemente del tipo de pasta dental que elijas, asegúrate de que contenga flúor. Esta sustancia es un pilar de la salud bucal, esto se debe a que es una de las principales defensas contra las caries. Actúa combatiendo los gérmenes que pueden provocar caries y proporciona una barrera protectora para los dientes.
- El hilo dental es tan importante como el cepillado: Muchos de los que se cepillan con regularidad no usan hilo dental. Usar hilo dental no es solo para sacar esos molestos trozos de comida que se quedan entre los dientes, es realmente una forma de estimular las encías, reducir la placa y la inflamación en el área.
- Recuerda usar enjuague bucal: Los anuncios que vemos en TV hacen que los enjuagues bucales parezcan indispensables para una buena salud bucal, pero te sorprenderá saber que muchas personas los omiten porque no saben cómo funcionan. Los enjuagues bucales ayudan de tres maneras: Reduce la cantidad de ácido en la boca, limpia las áreas difíciles de cepillar, remineraliza los dientes. Pídele a un dentista recomendaciones específicas sobre estos productos. Algunas marcas son mejores que otras para los niños y personas con dientes sensibles.
- Bebe más agua: El agua es sin duda la mejor bebida para la salud. Si bebes agua después de cada comida, te ayudará a eliminar algunos de los efectos negativos de los alimentos y bebidas pegajosas.
- Come frutas y verduras crujientes: Los alimentos pre-cocidos son convenientes, pero quizá no tanto en lo que respecta a tus dientes. Comer productos frescos y crujientes no solo te dará más fibra, sino que también será la opción más saludable para tus dientes. Trata de evitar las cosas procesadas demasiado blancas, deja cortar las cosas en pedazos pequeños ¡Deja que tus dientes trabajen!
- Limita los alimentos azucarados: Este consejo jamás dejará de ser relevante. El azúcar se convierte en ácido en la boca, lo que puede erosionar el esmalte de los dientes. Estos ácidos son los que provocan caries. Las frutas ácidas, el té y el café también pueden desgastar el esmalte de los dientes. Si bien no es necesario que evites estos alimentos por completo, no está de más tener este conocimiento y ser más consciente.
- Visita a tu dentista al menos dos veces al año: Tus propios hábitos diarios son cruciales para la salud bucal. Aun así, incluso las personas más obedientes necesitan ver a un dentista con regularidad. Como mínimo, debes ver a tu dentista para limpiezas y chequeos dos veces al año. Un dentista no solo puede eliminar cálculos y buscar caries, sino que también podrá detectar problemas potenciales y ofrecer soluciones de tratamiento.
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