Ser psíquico no es fácil, y muchas personas tienen percepciones erróneas sobre lo que realmente implica este don. Trabajar con habilidades psíquicas requiere paciencia, práctica y mucho amor propio.
Me he dado cuenta de que cuando muchos de nosotros oímos la palabra “vidente”, nos imaginamos un escaparate iluminado con luces de neón, decorado con bolas de cristal, máquinas de niebla y artilugios animatrónicos que manipulan sucesos sobrenaturales: la verdadera esencia de “humo y espejos”.
Desde una edad temprana, nuestros padres nos advierten de que estos servicios son estafas y comienzan a asociar los dones psíquicos, en general, como dudosos y fraudulentos. Los sucesos de otro mundo que experimentamos en la infancia suelen ser desacreditados, e incluso cuando exploramos las prácticas de adivinación en la edad adulta, seguimos levantando rápidamente una ceja ante la palabra “psíquico”.
Para muchos de nosotros, el primer paso para aprovechar nuestras habilidades extrasensoriales es separar este concepto del engaño. Aunque definitivamente hay muchos charlatanes que exageran sus habilidades o las inventan por completo, estos individuos no son psíquicos: Son estafadores que utilizan tácticas de miedo para rezar sobre individuos crédulos o vulnerables. En la mayoría de los casos, fingir ser psíquico es sólo uno de los muchos planes de explotación de estos impostores.
Los psíquicos, por otro lado, son simplemente individuos que son capaces de ver, oír, sentir, percibir, saborear o tener intuición más allá de los límites del mundo físico. Es difícil, quizá incluso imposible, definir con firmeza lo que la sociedad considera una percepción “normal”. Al fin y al cabo, estamos condicionados a creer que nuestra percepción de la realidad es bastante concreta: suponemos que todo el mundo sabe que el cielo es azul o puede detectar cuando alguien está de mal humor. Pero a medida que seguimos ampliando este espectro sensorial, nos damos cuenta rápidamente de que ciertos sentidos son cada vez menos comunes entre nuestros compañeros. Es a través de esta conciencia que muchos de nosotros nos damos cuenta de nuestros dones psíquicos únicos e inherentes.
El espectro psíquico
Fundamentalmente, las habilidades psíquicas se definen por una capacidad innata de procesar datos sensoriales -tanto estímulos tangibles como intangibles- a un nivel emocional, físico o espiritual extremadamente profundo. Por supuesto, ésta es una definición bastante amplia. Dado que los dones extrasensoriales varían mucho en intensidad y aplicación, lo mejor es imaginar las habilidades psíquicas en un espectro.
Cómo aprovechar sus habilidades psíquicas
Lo más frecuente es que desarrollemos habilidades psíquicas durante la infancia. Estos dones se transmiten a través de personas cercanas (que, directa o indirectamente, nos enseñan este lenguaje) o se cultivan en respuesta a las condiciones ambientales. Cuando somos niños, notamos más, vemos más, oímos más y sentimos más: son instintos básicos de supervivencia que nos permiten movernos con seguridad por el mundo.
Pero cuando maduramos, nos dicen que dejemos de ser tan sensibles, que los fantasmas no son reales y que el dolor es siempre físico. A través de este condicionamiento, empezamos a creer que las emociones y la intuición son antitéticas a la ciencia y la razón. Reprimimos nuestros dones, nos mofamos de los “clarividentes” y aceptamos el reino físico como la totalidad de la realidad.
Consejos para desarrollar tus habilidades psíquica
A continuación, te hablaré sobre tres sencillos consejos que ha dado Alicia Collado y que te ayudarán a ponerte en contacto con tus habilidades psíquicas.
Toma un café con tu intuición
Imagina que te encuentras con un viejo amigo de la infancia al que no ves desde hace décadas. Te emocionan todos los recuerdos, y puedes recordar con claridad la infancia que tuvieron. Pero muchas cosas han cambiado desde entonces, y aunque tu antiguo amigo sigue siendo la misma persona, en muchos aspectos, ahora son completos desconocidos. Para construir una nueva amistad, tendrán que volver a conocerse.
Escanea la habitación
Otra gran forma de cultivar tus habilidades psíquicas es practicar “escaneos ambientales”. Para ello, colócate en el centro de una habitación. Muévete por el espacio (ya sea físicamente o sólo con los ojos), observando las vistas, los sonidos y los olores.
Ponte a soñar
Puede sonar trillado, pero una de las mejores formas de acceder a tus habilidades psíquicas es a través del subconsciente. En nuestra vida diaria, creamos constantemente límites para limitar la cantidad de estímulos que ingerimos, y con razón. Para vivir una vida sana y funcional, simplemente no podemos absorber todo lo que encontramos. Por ello, estas experiencias suelen almacenarse en nuestra psique.