Somos los mismos seres humanos los que hemos ocasionado caos en el nuestro planeta. Hoy en día nos arrepentimos de eso, pero no es mucho lo que la sociedad haga por remediarlo. Si quieres ver un cambio en el mundo, debes empezar por cambiar tú mismo.
Este deseo de que exista un cambio en el mundo, es debido a la llegada del covid-19. Un virus que ha destrozado la economía de muchos países, al igual que se ha llevado millones de vidas y ha separado familias por el confinamiento.
A pesar de ser un suceso devastador, nos ha generado muchas enseñanzas como seres humanos y nos ha llevado a querer un cambio en el mundo de forma acelerada. De manera que, podamos evitar las terribles consecuencias, tanto las actuales como las futuras, con respecto al cambio climático y la biodiversidad.
Debemos ser personas conscientes de nuestros actos, y saber que, para sobrevivir debemos cambiar el mundo. Esto solo será posible si empezamos por cambiar nuestros actos, revisando nuestras creencias.
Tu realidad es producto de tus creencias
Si algo es muy cierto, es que a nivel psicológico, tu realidad es el producto de tus creencias. A su vez, estas creencias existen y se han formado en cuanto a la educación y el sistema que trajo consigo la revolución industrial, algo que logró influir en gran cantidad en todo el mundo.
Todos estamos de acuerdo con que la revolución industrial ha generado a la sociedad una serie de avances, de los cuales nos sentimos agradecidos. A estos avances les hemos dado la bienvenida con los brazos abiertos, sin embargo, todo esto ha tenido sus consecuencias negativas, tanto en el medio natural, como en la especie humana.
Entre estas repercusiones de las que hablamos, nos encontramos con toda la destrucción que ha ocasionado al medio ambiente, dejándolo de lado, poniéndolo como tema primordial las industrias y la economía de los países.
Entre otros, podemos mencionar también, la destrucción social que se ha generado a partir de las guerras, exclusiones, la injusticia, totalitarismos, desigualdad y muertes. Al mismo tiempo, esto ha afectado por igual al medio ambiente.
Aunque este largo camino ha estado lleno de progreso y destrucción, lo que más afecta es que ni siquiera ha existido un equilibrio entre ambos. El ser humano abusando de su inteligencia y sus herramientas, ha actuado a las espaldas de la comunidad de vida que lo ha acompañado, sin percatarse de todo lo que le rodea, y a su vez, sin importarle el daño que pueda ocasionar.
En la nueva era donde lo principal es cambiar en beneficio al medio ambiente, debemos empezar por educarnos. Saber el por qué y cómo podemos actuar para vivir en el mundo industrial sin afectar negativamente al mundo natural. Tengamos en cuenta que solo nosotros mismos podemos salvar el mundo.
La codicia es nuestro mayor enemigo
Esta revolución de la que estamos hablando, impuso en el ser humano más valor en los bonos de productividad de los gerentes y las ganancias de los accionistas, colocando la economía sobre cualquier cosa. Dejando sin importancia el daño en la sociedad y la biodiversidad que pudo haber causado.
Desde ese momento, el hombre se ha enfocado en obtener un bienestar desmedido. Es decir, que su codicia y deseo de llevar una vida cómoda, lo ha llevado crear ganancia sin ver lo que sucede a su alrededor. Su único propósito es vivir bien, pero mientras lo hace, convierte el progreso en destrucción.
La codicia muchas veces nos puede levar a generar daños, y por el hecho de satisfacer nuestros deseos superficiales, no lo notamos. Hoy en día, la producción ha sido el peor enemigo de la tierra y su ecosistema, y a su vez, se ha convertido la codicia, en el mayor enemigo del hombre.
Es hora de cambiar el mundo a partir de nosotros mismos
Es hora de que el mundo cambie, y para eso todos debemos hacernos esta pregunta:
¿Qué puedo hacer yo para que el mundo cambie?
De cómo nos concienticemos con el mundo y su biodiversidad, dependerá la efectividad del cambio que obtendremos. Teniendo en cuenta, de que en estos tiempos de crisis un acelerón hacia la catástrofe nos guiaría a la destrucción total.
Debemos abandonar esa creencia que se nos ha inculcado desde la revolución industrial. Aprendamos a ser productivos mientras cuidamos a la tierra, y aprendamos también, a convivir con sus especies, fauna, flora y sus paisajes submarinos o terrestres.
Esta será la única manera de sobrevivir. No nos olvidemos de que el planea tierra es nuestro hogar, y si este no funciona bien, nos quedaremos en cualquier momento sin un lugar seguro en donde vivir.
Es lamentable ver como hemos llegado a deteriorar lo que es nuestro hogar. Pero aun no es demasiado tarde. No podemos borrar todo lo que ha sucedido, pero si podemos encontrar el camino hacia una sociedad sana llena de humanidad y una naturaleza saludable.